Nuestro Libro: (Casi) Todo Sobre ATTAC

El movimiento ciudadano ATTAC forma parte de la red de redes que, a nivel internacional, se opone a la globalización de las injusticias. ATTAC es fundador del Foro Social Mundial (que se efectuará por tercera vez en Porto Alegre, en enero del 2003) y busca no sólo denunciar la globalización neoliberal, sino también movilizarse y proponer alternativas. Hay que cambiar el rumbo de la globalización y lograr que la economía se ponga al servicio de los seres humanos, en una mundialización humana y solidaria.

Una de las principales banderas de ATTAC es la aplicación de un impuesto a las transacciones financieras especulativas (Tasa Tobin) que incluye la demanda de terminar con los paraísos fiscales en el mundo que, como señaló el juez Baltasar Garzón, solo favorecen a las multinacionales y a la delincuencia internacional (narcotraficantes y traficantes de armas).

ATTAC promueve la participación ciudadana en todos los niveles. Sólo con la participación efectiva de los ciudadanos la democracia será real. Democraticemos la democracia.

La globalización neoliberal afecta a la gran mayoría de los chilenos. Debemos y podemos actuar para cambiar esta situación.

ATTAC busca las formas más democráticas de funcionamiento del propio movimiento, trabajando en base a redes, de manera horizontal, con Asambleas en las que sus integrantes deciden soberanamente. ATTAC es una organización de ciudadanas y ciudadanos que aspira a la participación en coordinación y convergencia con organizaciones sociales, partidos políticos, ONGs, facilitando la acción unitaria y potencializadora de los movimientos sociales y la sociedad civil organizada por hacer posible un mundo más justo.

Aquí iniciamos un diálogo en torno a las inquietudes que las ciudadanas y ciudadanos nos hemos planteado en las Asambleas, foros y conferencias, así como en nuestra página web, www.attac.cl Al ser ATTAC un movimiento en formación muchas preguntas y respuestas seguirán abiertas y sólo podremos ir respondiéndolas en la medida que sigamos avanzando en la formación de movimientos ATTAC en las distintas ciudades de Chile, aplicando el principio levantado con tanta fuerza en Porto Alegre: “Pensar globalmente y actuar localmente”.

Llamamos a todas y todos los que creen que un mundo mejor es posible a participar, de una u otra manera, en este movimiento que llama a globalizar la esperanza, haciendo que, en cada lugar del mundo, los ciudadanos y ciudadanas sean actores de su propio destino. Que nadie decida por nosotros.

¿Qué es ATTAC?

ATTAC es una organización de ciudadanos coordinados en un movimiento internacional por el control democrático de los mercados. Tanto en Chile como a nivel internacional articulamos nuestro trabajo en redes y hacemos uso, sin complejos, de las nuevas tecnologías. Ocupamos éstas como instrumentos para coordinar nuestras movilizaciones contra el capital financiero especulativo y los promotores de éste, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial para el Comercio (OMC). Trabajamos por la unidad y suma de voluntades para ampliar, enriquecer y promover la democracia y el respeto a los derechos humanos.

ATTAC es la sigla de la Asociación por una Tasa a las Transacciones especulativas y la Acción Ciudadana.

ATTAC-Chile busca recuperar y ampliar los espacios perdidos por las ciudadanos de nuestro país en beneficio del poder financiero, se opone a toda nueva renuncia de las autoridades e instituciones chilenas que privilegien el derecho de los inversores o capitalistas especuladores y procura ayudar a construir un orden socio- económico más democrático a nivel local y mundial.

A nivel internacional, y también en Chile, estos objetivos han estado presentes a la largo de la historia en la conciencia crítica de millares de personas. En Europa, a partir de una editorial publicada por Le Monde Diplomatique en diciembre de 1997, donde se planteaba la imposición de la Tasa Tobin como posible mecanismo de disuasión para frenar la volatilidad en los movimientos de inversiones que desestabiliza los países, surge ATTAC como un camino creativo y unitario en la perspectiva de construir otro mundo posible y mejor. En Chile, a partir del 2002 ATTAC se expande por las principales ciudades del país, aunque los primeros encuentros organizativos se remontan al año 2000 en Santiago. ATTAC en Chile y el mundo se opone a las nuevas y depredadoras formas que ha adquirido la globalización financiera y lucha por frenar la especulación, como vía para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos y devolver la soberanía a los ciudadanos.

¿Cómo actúa la globalización neoliberal?

Subordina las economías y los sistemas financieros de los países y regiones a los designios y mandatos de los grandes capitales financieros especulativos. Con la globalización financiera, los especuladores hacen dinero mediante dinero y, por esa vía, someten y manejan la economía real a sus dictados. Los grandes capitalistas prefieren “apostar” con su dinero, siempre que tengan todas las de ganar. Es así como han surgido los llamados “capitales golondrinas”, es decir vienen, se quedan un tiempo y luego se van. Dicho de otra forma, mueven una masa de dinero hacia un país, lo invierten en sus bancos, ganan por las tasas de interés y luego parten a otro país donde les ofrecen mayores ganancias. Ese dinero no produce ni crea puestos de trabajo, es sólo especulación.

Así, los capitales especulativos que controlan los mercados se han hecho, en la práctica, los dueños del planeta. Las transacciones diarias en los mercados de divisas alcanzan cifras inimaginables. Se calcula que son 1,3 billones de dólares diarios los que deambulan por el mundo en búsqueda de ganancia instantánea.
Esto significa que en sólo tres o cuatro días en los mercados internacionales se transa el dinero equivalente a la producción y el comercio anual de bienes y servicios de todos los países del mundo, que alcanza en un año a 4,3 billones de dólares.

Este “modelo económico” asegura el crecimiento permanente de los beneficios del gran capital a costa de la producción y el trabajo, aumenta la precariedad, extiende la pobreza, desestabiliza las economías y aumenta las desigualdades y entre las naciones del mundo y al interior de los países.

¿Qué efecto tiene esto en nuestros países y en Chile?

Con la libertad total de circulación de los capitales, los paraísos fiscales (es decir aquellos lugares donde pueden esconderse los capitales, quedar libres de impuestos, rehuyen investigaciones sobre sus orígenes, lavan su pasado y quedan listos para partir hacia otros mercados) y la explosión de las transacciones especulativas, los Estados y sus gobiernos quedan acorralados y obligados a entrar en la carrera por ganar el favor de las empresas multinacionales.

En Chile, por ejemplo, para atraer más inversión extranjera el gobierno ha eliminado el llamado “encaje”. Este obligaba a los inversionistas extranjeros a depositar durante un año un 30% de la inversión, lo que aseguraba que ese capital sería invertido en Chile y no saldría huyendo a la primera turbulencia del mercado o simplemente en la búsqueda de otro lugar que asegurara más rentabilidad. El gobierno chileno primero redujo el encaje luego de la crisis asiática y, más recientemente con la inestabilidad argentina, fue totalmente eliminado. Con ello, los “capitales golondrinas” tienen el espacio aéreo libre en Chile.

La dictadura de los mercados debilita la democracia, los gobiernos quedan en manos del poder del capital financiero y de las instituciones que lo representan, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, entre otras. El más claro y dramático ejemplo reciente de esto es Argentina, donde el FMI ­sumado a las camarillas gobernantes- ha empujado a la economía de ese país a la bancarrota.

De esta forma, los más débiles están más sometidos que nunca. La globalización repite cada vez más frecuentemente crisis financieras que hacen tambalear las estructuras industriales y bancarias. Así sucedió con la crisis asiática, el “tequilazo” en México, el primer “tango” en Argentina, la inestabilidad en Brasil y ahora la nueva y prolongada crisis trasandina.

Estas crisis provocadas por el capital financiero en el marco de la globalización golpean los propios cimientos de las naciones y de las culturas, todo lo desestabilizan, generan tensiones sociales, asonadas golpistas y expropian el derecho de los pueblos a definir sus propios destinos y ser actores principales de la gobernabilidad democrática.